Tomás Bravo Vicente-Escritor-

Tomás Bravo Vicente
Natural de Alguazas, Murcia




"Jamás podremos saber que nos deparará el destino pero si podemos luchar contra las adversidades "





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              Instantánea del momento en que el escritor Tomás Bravo nos dedica sus libros para el programa.¡Nuestro agradecimiento!


Parte de ti parte de mí, de Tomás Bravo Vicente



Los peligros del dinero fácil


Cuando reseñé su libro de cuentos – Felah Mengus – quedé impresionado por la lógica del hombre de campo. Por la sabiduría ancestral de quien vive en contacto permanente con la naturaleza. Una sabiduría que tiene mucho de instinto. Quien goza de esa intuición, de ese sentido común tan poco común en este mundo ultra moderno en el que todo es tan relativo y nada es seguro, tiene las ideas mucho más claras a la hora de actuar. Tiene mucha más decisión y seguridad a la hora de elegir un camino y de tomar una decisión.
Parte de ti parte de mí, de Tomás Bravo VicenteEs posible, también, que tenga menos opciones a la hora de elegir. Sin embargo, tengo cada vez más claro que en muchos casos, menos es más. Menos problemas se transforman en más alegrías, menos horas de televisión o de ordenador se transforman en más horas de aire libre, de vida sana y mente sana también. Esa fue la primera lección que saqué de la lectura de Tomás Bravo Vicente.
En la recomendación de hoy – Parte de ti parte de mí – me encuentro la otra cara de la moneda. Tiene que ver con la vida rural y una realidad bastante frecuente. Muchos jóvenes que pueden empezar a ganar dinero muy pronto, poca facilidad para acceder a estudios superiores en universidades próximas y una situación que llevó a un profesor en un pueblo de Castilla la Mancha a escuchar algo que, aunque no sea textual, reproduzco de la manera más fiel posible: <Puedes suspender a mi hijo todo lo que quieras que el año que viene va a cumplir 16 años y se va a poner a trabajar ganando el doble que tú sin tantos estudios ni tanta tontería>
No le faltaba razón a aquel padre pero esa situación ha llevado a escenarios muy similares al que relata la novela de hoy. Chicos que no acaban de cumplir 18 años y ya tienen coche, un buen dinero en la cartera y mafias organizadas con los dientes suficientemente afilados para enredar a los adolescentes en prostitución, droga, alcohol…
Sin embargo, el protagonista de este libro nos cuenta una historia de superación. Un viaje fatal que le llevó a Colombia para conocer, ya en el penal de Carabanchel, qué era aquello de la BBC. A saber, Bogotá, Barajas, Carabanchel. Algo tan frecuente entonces que se bautizó con unas siglas que igual valen para un canal de televisión, para una delantera, para esto y vaya usted a saber para qué más.
Una vez en el penal, el protagonista logra reinsertarse pero deja muy claro que no se trata de una buena labor del sistema sino de que el sistema le permite a quien quiera la reinserción. Es decir, la reinserción no se consigue, de hecho entiendo que es imposible, a la fuerza. Es la persona la que tiene voluntad de reinsertarse y aprovecha los mecanismos del sistema y a las buenas personas que pueda haber en él para lograrlo. De hecho, otra de las claves del libro tiene que ver con la autoayuda ya que el mensaje nos dice que, aunque el contexto y la situación sean los peores, si uno logra ponerse en positivo, atraerá a las personas adecuadas y las circunstancias necesarias para salir de esa mala racha.
El libro es ligero, ágil y útil. No solamente nos va a entretener, no solamente nos va a evadir a una realidad muy distinta de nuestro día a día cotidiano sino que también nos va a aportar un mensaje positivo y nos va a alertar sobre los riesgos de que los más jóvenes de la familia tengan demasiado dinero en los bolsillos y demasiado poco que hacer en su día a día. En la cubierta, unos barrotes forzados por la voluntad y el buen hacer de quien quiso salir a la luz y a la esperanza. Que lo disfruten.
Adolfo Caparrós Gómez de Mercado
Doctor en Lengua y Literatura

Felah mengus, de Tomás Bravo Vicente (Reseña nº 725)



Tomás Bravo Vicente
Campesino errante
Editorial ADIH, 2015
Creemos los de la capital que somos el ombligo del mundo, que vivimos mejor que nadie y que todos los que están fuera de nuestra querida ciudad interesan bastante poco. Ya decía el bueno de Pío Baroja aquello de <Los nacionalismos se acaban viajando> De esa manera, también nos daremos cuenta de los pros y contras de la gran ciudad, que los hay.

Es cierto que a la hora de ir de compras o al cine tenemos una variedad abrumadora pero no es menos cierto que cuando queremos ir a trabajar el atasco está a la orden del día, también el ataque de nervios buscando dónde aparcar. Si va uno en transporte público se ahorra esos disgustos a cambio de ir como una anchoa en una lata diminuta y, ahora que viene el calorcito, rodeado de un olor que favorece la operación bikini, eso sí. Sin embargo, los protagonistas de los cuentos que se recogen en el libro que hoy recomendamos, les recuerdo, Felah Mengus: campesino errante, de Tomás Bravo Vicente –Editorial ADIH- pueden ir andando a trabajar, si no, en unas circunstancias libres de atascos, de humos abundantes y de nervios a flor de piel. Muchos de ellos verán el amanecer en el trayecto o incluso trabajando y tendrán una mañana plagada de duro trabajo y de paz.

Tengo que reconocer que la lectura de este libro me llegó en un momento en el que la necesitaba especialmente. A punto de rendirme en un asunto personal me topo de bruces con un cuento que me hace ver que cuando uno ha llegado a la mitad del río da igual seguir que volver para atrás porque le queda a uno la misma distancia por recorrer.

A veces, esa lógica aplastante del campesino es tan evidente que los de ciudad no reparamos en ella. Empezamos a dar mil rodeos para afrontar un problema cuando lo más fácil, muchas veces, es buscar soluciones prácticas y sencillas como las que proponen los cuentos del libro.

Los cuentos están divididos en tres grandes temas: Emoción, humor y pensamientos ocultos. En cualquiera de los tres grupos cada cuento tiene su moraleja. No son historias que se cuentan porque sí, se comparten para aportar una enseñanza. En ese sentido, el libro cumple la función original del género y nos remite a ese libro entrañable que nunca olvidaré, El conde Lucanor, de Don Juan Manuel. Un libro que se puede leer con cualquier edad pero que cuanto antes lea uno mucho mejor. Siempre se podrá volver a él en cualquier momento.

Los cuentos del apartado de humor no son chistes exactamente, presentan situaciones con cierta gracia que más que reír nos llevan a una sonrisa cómplice y comprensiva que vuelve a ponernos en sintonía con esa lógica aplastante del labriego que suele ser mucho más sensata que la de los hombres de ciudad.

Me da la sensación de que he escrito mucho del libro sin desvelar absolutamente nada pero me temo que así debe ser. Quien quiera saber más que acuda a él que seguro no le va a decepcionar.

Formalmente es un libro fino, de 160 páginas y pasta flexible y brillante pero de tamaño cuartilla con lo que no está pensado para los bolsillos. Sí que es un libro ideal para llevar en un maletín ya que al ser fino se adapta perfectamente a ese apartado lateral que tienen casi todos los maletines de trabajo y de portátiles. En la cubierta, una escena que anticipa la paz que transmite el volumen. Una alborada, un árbol de hoja perenne, una roca y una chica con un portátil que mira a la pantalla con el horizonte como fondo. Que lo disfruten.


Adolfo Caparrós Gómez de Mercado

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